viernes, 21 de noviembre de 2014

TÉCNICA DEL SEMÁFORO PARA EL CONTROL DE LA IMPULSIVIDAD


La impulsividad es un rasgo del temperamento de los niños que en  muchas ocasiones se manifiesta con una gran intensidad y frecuencia, lo que puede llegar a provocar numerosos conflictos tanto en el ámbito familiar como en el escolar. Esa impulsividad también afecta a la realización de las tareas, ya que aún teniendo los conocimientos necesarios para resolverlas positivamente, con una gran frecuencia cometen errores provocados por esa impulsividad y falta de reflexión.
En estos casos se puede utilizar la ESTRATEGIA DEL SEMÁFORO.
Esta estrategia la podemos emplear tanto para el control de las emociones como para mejorar la eficacia en la realización de las tareas a modo de autoinstrucciones.
Para ello ponemos nuestro semáforo en un lugar visible del aula. En nuestro caso (el aula de apoyo) lo tenemos pegado en la pizarra. 
Antes de nada tenemos que enseñar a los niños a asociar las luces del semáforo con las emociones y la conducta:

LUZ ROJA: ALTO, tranquilízate y piensa antes de actuar
LUZ AMARILLA: PIENSA soluciones o alternativas y sus consecuencias
LUZ VERDE: ADELANTE y pon en práctica la mejor solución.

Para estos primeros momentos podemos, poner un dibujo significativo en cada una de las "luces de las semáforo" y así los niños, sobre todos los que puedan tener más dificultades aprendan esa asociación.





Una vez que está clara la asociación ya estamos listos para empezar a aplicarlo para el control de la conducta y reducción de la impulsividad.
También puede ser interesante poner un semáforo más pequeño por ejemplo en la mesa del alumno para que tenga siempre presente los pasos que debe seguir.
Es fundamental que esta estrategia esté generalizada, es decir, sea empleada por todos los maestros que trabajan con el alumno en cuestión e incluso, en colaboración con los padres aplicarla también en el ámbito escolar. De esta manera nos aseguramos el éxito.


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